martes, 26 de noviembre de 2013

Contra la violencia de género

Ayer fue el Día Internacional contra la Violencia de Género, y mientras muchas instituciones públicas hacían alarde de su solidaridad con las mujeres y contra la violencia a través de eventos simbólicos, las mujeres seguíamos siendo víctimas de las políticas neoliberales que están provocando una feminización de la pobreza.

Desde el gobierno del Partido Popular se están llevando a cabo unas políticas que van totalmente en contra de las mujeres. Se están llevando a cabo recortes que afectan más a las mujeres porque somos las mujeres las que nos encargamos de los cuidados cuando no lo hace el Estado, y somos nosotras las que nos encontramos en una situación de precariedad cada vez más acuciante debido a la política laboral del Gobierno, así como somos las mujeres las más afectadas cuando no se nos deja elegir sobre nuestro cuerpo y nuestra maternidad. Por supuesto, somos las más afectadas cuando se pretende educar en valores que van en contra de la igualdad a través de la segregación en las aulas desde la más tierna infancia y con asignaturas como la religión que impone a los niños y niñas una conciencia machista al ser introducidos en una organización religiosa que no permite a las mujeres y a los hombres pertenecer en la misma en una situación de igualdad, y que pretende que su moral sea ley.

Es curioso que en este momento, precisamente cuando más conciencia existe que nunca en torno a la violencia de género, se reduzcan los presupuestos destinados a igualdad entre hombres y mujeres, y que a través de la reforma de la Ley de Bases del Régimen Local se pretenda hacer desaparecer las competencias en materia de igualdad que tienen las entidades locales, y por tanto los servicios que estas prestan. En estos duros momentos, con las políticas de recorte, se está procediendo al cierre de centros de orientación para el empleo, asistencia jurídica y Casas de Acogida para mujeres víctimas de violencia o en riesgo de exclusión social, según denuncian organizaciones feministas.

Además, la reforma laboral favorece el despido, y por tanto el desempleo, lo que está dejando a muchas mujeres en una situación económica muy complicada que nos obliga a aceptar contratos a tiempo parcial, nos impide conciliar la vida laboral con la vida familiar y aumentan los despidos como consecuencia de embarazos y los acosos sexuales por la situación de indefensión en la que nos encontramos las trabajadoras. Y eso sin hablar de los casos en que las mujeres nos vemos obligadas a trabajar sin contrato para sobrevivir, sin cotizar a la seguridad social y en una peligrosa invisibilidad que a veces nos impide denunciar los abusos en el empleo.

Cuando se desmantela el sistema público de salud y se empeoran las partidas destinadas a la dependencia, también recae sobre nosotras una carga adicional a ser las mujeres las que nos encargamos fundamentalmente de los cuidados y la atención a enfermos y dependientes, y las que tenemos que quedarnos en casa para cuidar a nuestros familiares cuando nos necesitan viéndonos impedidas así para trabajar.

Son muchas las políticas que el partido popular a puesto en marcha en contra de las mujeres y que desde luego no ayudan en la prevención y el cese de la violencia machista, porque violencia no sólo es la agresión física, violencia es desigualdad, violencia es capitalismo.

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