lunes, 1 de noviembre de 2010



El día 29 de Octubre a las dos de la mañana sonó mi teléfono móvil, "Marcelino Camacho ha fallecido", fue lo primero que leí en el mensaje que me llegó de un camarada del PCE. Marcelino llevaba enfermo ya un tiempo en el hospital, de hecho se le había dado por muerto dos días antes.
Marcelino Camacho Abad nació el 21 de enero de 1918 en Soria. Sus padres trabajaban en el sector ferroviario.
Marcelino Camacho tuvo que huir al monte con su padre y otros ferroviarios al comenzar la guerra civil. Consiguió pasar a la zona republicana y llegó a Madrid en agosto de 1936, ingresando como voluntario en la Escuela Central de Transmisiones del Ejército, y un mes más tarde partió como voluntario para el frente republicano. Fue detenido y condenado a 12 años y un día a pena de prisión, condena que sería revisada y que quedaría en 6 años y 1 día. Marelino era acusado de "auxilio a la rebelión" por ser miembro de la UGT y por ser voluntario del Ejército Republicano. Le trasladaron al campo de concentración de Reus y luego lo llevaron a realizar trabajos forzosos a Lezo. Marcelino, que enfermó en varias ocasiones y tuvo que ser atenddo varias veces en los hospitales militares, fue trasladado a varios campos de trabajo. Acabó en el Campo de concentración de Cuesta Colorada, en Tánger, de donde escapó en 1943 para encontrar asilo político en Argelia gracias a Francia. Allí conoció a Josefa, su mujer, con la que contrajo matrimonio en 1948 en Orán. Sólo un año después nació su hija Yenia, y en 1952 su hijo Marcel.
En 1957 pudo regresar a Madrid gracias a un indulto, allí comenzó a trabajar como fresador en Perkins Hispania donde fue elegido enlace sindical. Fue destituido en 1966 por el sindicato vertical oficial, aunque los trabajadores le siguieron eligiendo por grandes mayorías. A Marcelino le acusaron de asociación y manifestación ilícitas por ser de las Comisiones Obreras. Las detenciones por pertenecer a Comisones obreras, por manifestaciones ilícitas, por reivindicar derechos para los trabajadores y por luchar fueron muy frecuentes desde entonces hasta el 73, año en que fue condenado a 20 años de prisión, que tras una revisión de condena que se produjo gracias a la presión internacional, quedó en 6 años en 1975.
Marcelino Camacho, un sindicalista comunista, siempre estuvo en la lucha: Dirigente comunista, fue Diputado por el PCE en 1977 y 1979, miembro fundador de CCOO y su primer Secretario, conoció la cárcel, los campos de trabajo, el exilio, la lucha clandestina, la guerra. Siempre reivindicó a su Partido Comunista, siempre reivindicando que IU no se disolviera en IU. Marcelino Camacho es la historia viva del sindicalismo en España.
Las JCA de Mairena del Aljarafe acudimos a su despedida en Madrid. Llegamos a la capilla ardiente, en la sede de CCOO, y allí estaba su cuerpo. Habían centenares de coronas de flores, centenares de personas, y cuando el cortejo acompañó a Marcelino hasta la Puerta de Alcalá, todos cantamos la Internacional por él. Ni siquiera la lluvia quiso faltar a su despedida. Allí estuvo Josefa, su compañera, que demostró una capacidad y una entereza enormes, acompañadas por CCOO, por el PCE, por IU. ¡Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van ha domesticar!, es una frase que resume la enorme lucha de Marcelino.
Marcelino, tus huesos yacen dormidos, pero tu ejemplo está más vivo que nunca. Ni nos domarán, ni nos doblegarán, ni nos van a domesticar.

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